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Funcionamiento de la camilla
Uso de las correas de sujeción (Continuación)
C
C
B
A
Figura 9 ‐ Abroche de la correa de seguridad
Figura 10 ‐ Alargamiento de la correa de seguridad
Figura 11 ‐ Acortamiento de la correa de seguridad
Cuando se utiliza la camilla, las correas se desabrochan y se ponen a los lados hasta que el paciente se coloca
en el colchón de la camilla. La correa se alarga, se abrocha alrededor del paciente y se acorta hasta que se
obtiene la tensión necesaria.
Para abrir la correa, presione el botón rojo (A) que está al frente del «receptor» de la hebilla. Esto liberará la
«espiga» de la hebilla (B) y podrá sacarse del receptor (Figura 9).
Para cerrar la correa, inserte la espiga en el receptor hasta escuchar un «clic». Al abrochar la correa del pecho
asegúrese de que la espiga atraviese los dos conectores (C) de la correa para los hombros (Figura 9).
Para alargar la correa, sujete la espiga de la hebilla, gírela hasta que quede transversal al cinturón y después
jale hacia afuera (Figura 10). Una lengüeta al final del cinturón impide que la hebilla se salga de la correa. Para
acortar la correa de sujeción, tome la lengüeta y tire del cinturón a través de la hebilla hasta lograr el ajuste
deseado (Figura 11).
Siempre que un paciente esté sujetado con una correa de seguridad, el encargado debe revisar que la hebilla
esté completamente cerrada y que la correa restante no esté enredada en la camilla o colgando.
Se recomienda realizar una revisión de las correas de sujeción al menos una vez al mes (con más frecuencia
si se utilizan mucho). La revisión debería incluir comprobar que no haya receptores o espigas doblados o rotos,
cinturones desgastados o rotos, etc. Cualquier correa de sujeción que muestre desgaste o que no funcione
correctamente deberá reemplazarse inmediatamente.
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